miércoles, 27 de enero de 2010

Por una Ciudad sin Ruidos




“Solo si puedes hablarme en el silencio, podré escuchar el sonido de tu corazón
y los mensajes de tu alma”
.


Por: Arq. Jorge Saito H.


Las ciudades crecen y sus problemas también. Uno de ellos son los ruidos urbanos que resultan molestos y nocivos porque perturban nuestra tranquilidad y afectan nuestra salud. El ruido se da cuando nuestros tímpanos se ven afectados por una vibración intensa que sobrepasa nuestra capacidad de soportarlo, afectando nuestro sistema nervioso y en consecuencia nuestra salud física y emocional.

Los ruidos urbanos están equivocadamente vinculados con la modernidad y la tecnología, cuando no debería ser así. Se piensa que mientras más moderna sea una urbe, más bulliciosa tiene que ser, lo más lamentable es que las personas que viven allí se van acostumbrando a esta situación, incorporando estos problemas a sus estilos de vida urbana hasta convertirlos en parte de su existencia cotidiana.

Existen algunas experiencias que se han intentado ensayar en algunas ciudades para revertir este problema, o por lo menos para reducir los niveles de intensidad en las fuentes donde se originan. Es el caso de propuestas emprendidas en Bogotá (Colombia), Madrid (España), algunas ciudades de Japón y otras, donde la intención de construir ciudades con menos ruidos ha conducido a sus impulsores, autoridades y ciudadanos a pasar por un proceso significativo de sensibilización sobre los efectos nocivos que este problema origina en su salud de las personas, elaboración de propuestas consensuadas en coordinación con instituciones vinculadas al problema, elaboración de estudios técnicos de medición de ruidos (línea base), diseño de un mapa urbano de ruidos, diseño e implementación de ordenanzas municipales sobre ruidos basados en profundos estudios técnicos y elaboración de reglamentos donde se establecen sanciones y multas para los infractores. En estos procesos han participado equipos técnicos de profesionales especializados en diversos temas como: médicos especialistas en audiometría, técnicos especialistas en mediciones, arquitectos, diseñadores, ingenieros especialistas en acústica, planificadores, especialistas en medio ambiente, economistas, legisladores, especialistas en estadística, comunicadores, educadores, etc., conformando un grupo multidisciplinario de alto nivel. A estos grupos se ha sumado la sociedad civil en su conjunto, empresas, representantes de instituciones públicas y privadas, policía nacional, etc., participando activamente para buscar soluciones y ejecutar acciones después de internalizar el problema.

En un estudio de ruidos es importante identificar la “fuente” donde se origina el ruido. Estas fuentes pueden ser móviles, como es el caso de megáfonos, sirenas o alarmas de vehículos, pitos de policía o sereno, conversaciones en voz alta, marchas de protesta, motores de vehículos en mal estado, etc.; y fuentes fijas, como equipos de música ubicados en viviendas, tiendas comerciales, salones de baile, discotecas, restaurantes, etc., presencia de animales domésticos en zonas urbanas (perros, loros, gallinas, gallos, etc.), maquinaria funcionando en una fábrica o taller ubicado en zona urbana, entre otros. Existe un “receptor”, que es la persona o grupo de personas que se encuentra a una determinada distancia de la fuente y que son afectados por los ruidos. Los “medios de transmisión” como son el viento y el agua. El factor de dispersión se incrementa o disminuye de acuerdo a la velocidad que los ruidos se desplazan por estos medios.

La lista de fuentes móviles y fijas es muy grande. Los receptores y afectados son personas que pertenecen a diversos grupos humanos: bebes, niños, jóvenes, ancianos, personas con discapacidad, mujeres embarazadas, y todos nosotros que vivimos en una ciudad cada vez más "grande y moderna”. Es importante aprender a identificar estas fuentes, tomar conciencia del problema para cómo afecta a nuestra salud, ayudar a buscar soluciones que permitan reducir o eliminar el problema y sancionar a los responsables.

Medir el “ruido” es algo complicado, porque se requiere un equipo llamado sonómetro o decibelímetro, la unidad de medida usada es el decibel. Con estos equipos se puede medir la intensidad del ruido. Es posible medir los efectos nocivos que este origina en la salud de las personas (índice de ruido), que depende de la intensidad y frecuencia del ruido en la fuente y de la distancia entre esta y el receptor. La medición más frecuente es la intensidad del ruido, muy variable porque en un momento este puede ser muy intenso, y en otro, puede ser bajo y hasta desaparecer completamente sobre todo si las fuentes son móviles. Un factor que dificulta realizar una buena medición son los vientos que facilitan la dispersión de las ondas sonoras.

¿Quiénes son las autoridades responsables de hacer que nuestras ciudades, nuestras urbanizaciones, nuestros vecindarios vivan tranquilos y sin ruidos?. En principio, la autoridad Municipal y su personal técnico, a través de todas las gerencias y subgerencias vinculadas con el problema, por ser un tema de desarrollo urbano; el Ministerio de Salud, a través de sus direcciones regionales, por afectar la salud de la población; el Ministerio del Medio Ambiente y DIGESA, por ser un problema ambiental que afecta al ecosistemas urbano y rural; el Ministerio de Educación, a través de sus Direcciones Regionales, por ser un asunto vinculado con la Educación de la población; los Empresarios formales e informales, porque la gran mayoría de ellos son la causa de este problema; los taxistas formales e informales, porque existen miles de vehículos de este servicio que originan ruidos nocivos; la policía nacional, a través de la Policía de Tránsito y Policía Ambiental, por ser un asunto de seguridad pública y medio ambiente; y finalmente de toda la población responsable, porque está cansada de vivir en una ciudad bulliciosa, intranquila y caótica.

Ahora, la gran pregunta es ¿Qué podemos hacer?.
No existe una experiencia que asegure un resultado totalmente eficiente, sobre todo cuando estas hay que adaptarlas a una realidad diferente como la nuestra. Todo empieza por la perturbación y molestia que este problema suscita en un grupo de vecinos, movilizándolas en búsqueda de una solución.

Puede ser que primero acuden a la Municipalidad Provincial de Trujillo y a todas sus dependencias como el SEGATT, Gerencia General, la oficina de Seguridad Ciudadana, Gerencia de Desarrollo Urbano, Licencias Comerciales, Oficina de Defensa Civil, Gerencia de Transporte, Asesoría Legal, o finalmente al Consejo Municipal y la misma Alcaldía. En realidad ninguna de estas dependencias puede solucionar el problema, porque así lo han demostrado. Agotada esta instancia acuden a la Defensoría del Pueblo (a ver si defienden sus derechos ciudadanos), pero tampoco pasa nada. Otra institución donde se puede visitar es DIGESA (Dirección General de Salud Ambiental) que pertenece al Ministerio de Salud y el Ministerio del Ambiente, pero es solo un paseo más. En realidad el recorrido es muy extenso y tedioso, y lo más triste es que poco o nada se consigue.

El rol de cada una estas instituciones está definido en sus propias normas, pero existe una superposición de funciones y muchas veces la mayoría no acepta su responsabilidad y pasan el problema a otros. Es importante mencionar que la normatividad existe y es abundante, pero es obvio que no se cumple, porque están incompletas, se contraponen o superponen entre ellas. Es necesario hacer una limpieza y ordenamiento legal, para ello se requiere ejercer liderazgo, y ejecutar propuestas en estrecha coordinación con todos los organismos del estado. En este sentido se precisa: i) recursos humanos (profesionales capaces), económicos y alta tecnología; ii) diseñar estrategias como construir alianzas estrategias institucionales, promover la participación ciudadana, la educación ambiental y desarrollar campañas de sensibilización y difusión ciudadana masivas, a través de diferentes medios de comunicación, para que el tema resulte de interés público. Iii) es importante disponer de herramientas necesarias son: legales, de medición, de comunicación y difusión, entre otras.

Es evidente que no son suficientes las mediciones y una ordenanza municipal para solucionar el problema de ruidos molestos en una ciudad. Son instrumentos técnico y legal con los cuales no se puede solucionar este problema. Es necesario buscar otras acciones complementarias que permitan por ejemplo, clausurar establecimientos que están en falta. Por ejemplo, acudir a la oficina de Defensa Civil de la Municipalidad Provincial a fin de que su personal evalúe las condiciones de seguridad de las edificaciones en falta, por los niveles de riesgo que estas representan para sus ocupantes y usuarios. Coordinar con la Sub dirección de Licencias de la misma entidad, a fin de verificar los permisos de funcionamiento y licencias especiales que requieren para la realización de bailes o espectáculos públicos. En el caso de alarmas colocadas en vehículos (fuentes móviles), es necesario coordinar con la Policía de Tránsito para evaluar infracciones acumuladas que puede tener el vehículo infractor.

Es importante contar con una población sensibilizada, bien informada y organizada para participar activamente en estos procesos ejerciendo sus derechos ciudadanos a reclamar (presión social) y a solicitar a sus autoridades que ejecuten las acciones correspondientes para resolver los problemas de la ciudad; caso contrario, su inacción puede ser expuesta a la comunidad para que esta juzgue su indiferencia, ineficacia e ineficiencia para resolver problemas de la ciudad y tome conciencia a la hora de elegirlos.

Como podemos ver, uno de los aspectos más importantes para empezar a resolver los problemas de una ciudad, es la construcción de ciudadanía. Necesitamos personas sensibles y responsables, capaces de ejercer sus derechos ciudadanos para defenderse de cualquier clase de atropellos. Es importante aprender a elaborar propuestas que contribuyan a solucionar los problemas, como campañas de sensibilización y difusión, programas de educación ambiental en todos los niveles de la población, programas de vigilancia ciudadana, programas de participación ciudadana para comprometer a las autoridades con el desarrollo de la ciudad, vigilando y evaluando sus ofrecimientos y apoyándolas para que sean más eficientes, para tener una ciudad más ordenada, limpia, segura, saludables y por supuesto sin ruidos.

5 comentarios:

  1. HOLA, LES CUENTO QUE EN EL DEPARTAMENTO DE LAVALLEJA, URUGUAY, ESTAMOS INICIANDO UNA CAMPAÑA SIMILAR, INTENTANDO BAJAR LOS NIVELES DE RUIDO DE LAS CIUDADES, SERIA BUENO COMPARTIR LAS EXPERIENCIAS.
    ALEJANDRO SANTOS
    EDIL DEPARTAMENTAL

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  2. Es interesante lo de las experiencias... puedes darnos tu facebook soy representante de una asociación que hará lo mismo!

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  3. Vivo en un edificio de departamentos.
    Hay vecinos que a cualquier hora del dia o de la noche ponen musica a todo volumen. En la noche sus niños comienzan alrededor de las 23.30 a gritar y correr y hacer escandalo.
    Es insoportable.

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  5. Conviene en un Edificio de Departamentos organizarse en una Junta y establecer ciertas normas que deben ser cumplidas por todos en su conjunto. Si en nuestra ciudad se cumplieran las normas contra ruidos, en su caso, ud llamaría a Seguridad Ciudadana y ellos acudirían de inmediato a poner orden.
    TSR

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